¿Qué nos quiere decir la infertilidad desde la mirada transgeneracional?
Cuando hablamos de infertilidad solemos pensar en un problema biológico. Sin embargo, hay muchos casos en los que la madre es completamente saludable, el padre no presenta dificultades físicas ni biológicas, y aun así el embarazo no llega.
Desde la mirada transgeneracional, la infertilidad no solo es un conflicto emocional, sino también un programa heredado en el árbol genealógico.
Herencias invisibles
El linaje materno y paterno transmiten memorias que pueden influir en nuestra capacidad de concebir. No se trata únicamente de genética, sino de experiencias emocionales no resueltas, como:
- Embarazos vividos en soledad.
- Carencias emocionales profundas.
- Ambientes hostiles, tóxicos o violentos.
- Duelos silenciados por la pérdida de hijos.
- Ancestros que fallecieron en el parto.
- Abusos, abandonos o traiciones durante la gestación.
Cuando estas memorias quedan grabadas en el inconsciente familiar, el mensaje puede ser claro:
- “No tengas hijos porque sufren.”
- “No tengas hijos porque se mueren.”
- “No tengas hijos porque la madre puede morir en el parto.”
- “No tengas hijos porque los padres abandonan.”
La infertilidad, entonces, se presenta como una solución inconsciente para evitar repetir un dolor vivido por generaciones.
Lo que escuchamos, lo que repetimos
A veces el mensaje no es silencioso, sino explícito. Muchos hijos han escuchado frases como:
- “Por culpa de ustedes no pude vivir mi vida.”
- “Me casé porque me embaracé de ti.”
- “Tener hijos es lo peor que puede pasar.”
- “Por tu culpa tu padre nos abandonó.”
Estas frases, repetidas o insinuadas en la infancia, se convierten en programas inconscientes que bloquean el deseo de tener hijos o la posibilidad de concebir.
Un caso real
Una joven consultante, sana y enamorada, buscaba quedar embarazada con su esposo. Ambos habían pasado por estudios médicos y todo indicaba que no había ninguna dificultad física. Sin embargo, el embarazo no llegaba.
Al analizar su historia, encontramos dos hitos importantes:
- Durante el embarazo de su madre, a los siete meses de gestación, su padre abandonó a la familia para irse con otra mujer.
- Ella nació el mismo día y mes en que su abuela había fallecido al dar a luz a su séptimo hijo.
Al conversar sobre ello, la consultante reconoció sus miedos: ser traicionada durante el embarazo, perder su salud o incluso su vida en el parto, y sentir rechazo por los posibles cambios en su cuerpo.
Su infertilidad no era una incapacidad, sino una forma inconsciente de protegerse de esos dolores heredados y del miedo a repetirlos.
El proyecto sentido
Durante el embarazo, madre e hijo comparten el inconsciente en un 100%. Esto significa que todo lo que vive la madre, el padre y su entorno cercano se transmite al bebé en gestación y hasta aproximadamente los tres años de vida.
A esto se le llama proyecto sentido gestacional, y nos muestra que cada hijo llega con un propósito inconsciente para cubrir necesidades no resueltas del árbol genealógico.
Más allá de lo físico
La infertilidad, entonces, no siempre es un límite biológico. Muchas veces es un mensaje del inconsciente familiar: un intento de no repetir duelos, abandonos, muertes o dolores que quedaron atrapados en la memoria del clan.
El camino de sanación consiste en hacer consciente lo inconsciente, mirar con compasión las historias del árbol y reconocer que hoy podemos vivir de otra manera.
Preguntas para reflexionar
- ¿Qué mensajes sobre tener hijos escuchaste en tu infancia?
- ¿Qué historias de pérdidas, muertes, abortos o abandonos conoces en tu familia?
- ¿Podría tu infertilidad —o el miedo a la maternidad/paternidad— estar protegiéndote de un dolor heredado?
- Si pudieras vivir tu historia sin repetir esos patrones, ¿qué nueva posibilidad se abriría para ti?