Una elección del alma
Desde una perspectiva espiritual y transgeneracional, el alma elige las experiencias y el entorno familiar antes de nacer. Cada vida representa una oportunidad para equilibrar, liberar o transformar programas inconscientes heredados.
Así, la orientación sexual no se considera un error ni una enfermedad, sino una elección del alma que responde a una necesidad profunda del árbol.
El alma, por naturaleza, es asexuada y libre de etiquetas. Para encarnar en este plano, necesita un cuerpo —masculino o femenino—, pero su esencia trasciende el género. En algunos casos, esa alma elige manifestar su energía de un modo distinto al que el entorno espera, precisamente para restaurar equilibrio y romper con los patrones limitantes que el árbol ha venido repitiendo.
La homosexualidad como “poda” del árbol
Cuando un árbol crece de manera desequilibrada, la poda permite que vuelva a florecer con más fuerza y armonía.
Del mismo modo, en muchos linajes, la homosexualidad aparece como una “poda simbólica”, una pausa en la transmisión de ciertos programas o heridas que el sistema familiar viene arrastrando —historias de abuso, violencia, represión, injusticias o exclusiones no resueltas—.
A través del miembro homosexual del clan, el árbol detiene un patrón que ya no puede ni debe seguir transmitiéndose. Ese ser, desde el amor más profundo, rompe la cadena del sufrimiento heredado y abre un camino de autenticidad y verdad.
Un puente hacia el amor infinito
En muchos árboles, la homosexualidad aparece vinculada a ancestros que no pudieron amar libremente, que vivieron amores prohibidos, reprimidos o no reconocieron a un hijo.
El descendiente homosexual, de manera inconsciente, repara esa historia. Trae a la luz aquello que fue negado y, al hacerlo, enseña al sistema familiar el valor del amor incondicional, sin etiquetas ni condiciones.
Por eso se dice que un homosexual dentro del árbol viene a desarrollar el amor infinito: aquel que no depende de la forma, el género o la aprobación, sino que nace de la verdad del ser.
Energías que se equilibran
En algunos casos, el árbol necesita más energía femenina —cuando ha habido generaciones de hombres violentos, autoritarios o emocionalmente ausentes—.
En otros, el sistema necesita más energía masculina —cuando ha habido madres dominantes, dependencias emocionales o carencias de acción y límites—.
Entonces, un alma puede decidir encarnar con una orientación sexual que restituya ese equilibrio energético, aportando la fuerza o la dulzura que el sistema perdió.
Más allá del miedo y la exclusión
Uno de los mayores desafíos para las familias es aceptar al hijo o hija homosexual sin miedo ni dolor.
Muchas madres dicen: “me duele que mi hijo sea rechazado”, pero a veces ese dolor no proviene de la realidad del hijo, sino del miedo interno de la madre a ser juzgada o excluida ella misma.
Cuando los padres aceptan incondicionalmente, el hijo también se fortalece y deja de necesitar la aprobación externa. La verdadera sanación del árbol comienza con la aceptación.
Una historia que se atreve a mostrar lo oculto
Cada miembro del árbol expresa algo del inconsciente familiar.
El homosexual suele ser el que muestra lo que el sistema no se atrevió a mirar: la verdad, la sensibilidad, la libertad, la necesidad de amar sin miedo.
Por eso, no se trata de “corregir” ni de “revertir” la homosexualidad, sino de acompañar a los padres y al clan a comprender su sentido profundo y aceptar la misión evolutiva que representa.
En palabras simples:
“Lo que tú no te atreves a mostrar en el árbol, lo mostraré yo.”
No es una cuestión de elección consciente
La homosexualidad no se “elige” racionalmente ni es el resultado de una moda o una confusión.
Generalmente, la persona lo siente desde la infancia, incluso antes de poder ponerle palabras. Desde una mirada transgeneracional, nacer en un contexto donde existe este tipo de energía representa un acto profundo de amor y valentía. No por placer ni rebeldía, sino porque esa alma elige contribuir a la evolución de la conciencia familiar y colectiva.
Reflexiones para integrar
Hablar de homosexualidad desde el árbol genealógico no busca definir verdades absolutas, sino abrir espacios de comprensión, empatía y respeto hacia todos los caminos del alma.
Cada historia tiene su sentido, y cada orientación encierra un propósito profundo en el proceso de evolución del amor dentro de la familia.
Te invito a reflexionar:
- ¿Qué lugar ocupa la homosexualidad dentro de tu árbol familiar?
- ¿Qué historias de amor prohibido, silencios o exclusiones podrían estar buscando ser reconocidas?
- ¿Qué energía —masculina o femenina— necesita equilibrarse en tu linaje?
- ¿Cómo puedes acompañar desde el amor, sin miedo ni juicio, a quien vino a mostrar algo distinto en tu familia?
La sanación comienza cuando dejamos de preguntarnos “por qué” y empezamos a mirar con amor.
Porque, en el fondo, todos estamos aquí para lo mismo: recordar cómo amar sin condiciones.
Recomendación de lectura: La Homo Sex Dualidad de Salomon Sellam
Una obra reveladora para quien desea profundizar en este tema es La Homo Sex Dualidad de Salomon Sellam. Aquí, Sellam recopila cerca de diez años de investigación clínica desde la Psicosomática Humanista, explorando los orígenes emocionales, gestacionales y familiares de la homosexualidad, su función en el sistema familiar y su sentido más allá del rechazo social. La versión en español contrae esta mirada especializada que originalmente fue escrita en francés bajo el título L’Homosexualité n’est pas due au hasard.