Ir al contenido

REPITIENDO EL CICLO BIOLÓGICO MEMORIZADO

¿Qué es un ciclo biológico memorizado y cómo puede estar influyendo en tu vida hoy?

La vida humana, al igual que la naturaleza, está marcada por ciclos. Tal como existen los ciclos de la luna o de las estaciones, nosotros también vivimos procesos que se repiten de manera rítmica, muchas veces sin darnos cuenta. En el ámbito del transgeneracional, uno de los conceptos más interesantes y reveladores es el del ciclo biológico memorizado.

Este término, estudiado por investigadores como Marc Fréchet y ampliado en los trabajos de Anne Ancelin Schützenberger quien hace referencia a los patrones inconscientes que se repiten en la vida de una persona en determinados momentos, generalmente vinculados a experiencias pasadas que dejaron huella.


¿Cómo funciona un ciclo biológico memorizado?

Cuando atravesamos una experiencia impactante —un abandono, un duelo no resuelto, un abuso, una separación, un accidente—, esa vivencia se queda grabada en nuestra memoria celular. Si el dolor no fue procesado ni acompañado, se transforma en un “programa” inconsciente que tiende a repetirse en otros momentos de la vida.

Fréchet observó que estos eventos suelen reactivarse de forma cíclica: a la mitad de la edad, en múltiplos de la misma o en momentos clave que guardan resonancia simbólica con el hecho inicial.

Por ejemplo:

  • Si hoy tengo 40 años y vivo una separación dolorosa, puedo mirar hacia atrás y revisar qué sucedía a los 20 (la mitad de mi edad). Quizás en ese momento experimenté mi primera ruptura amorosa, un cambio de ciudad o un duelo importante.
  • Si voy más atrás, a los 10 años, puede que encuentre otro evento relacionado: el divorcio de mis padres, un abandono o un cambio radical en la dinámica familiar.

Así, un acontecimiento actual que me sobrepasa puede estar reactivando heridas mucho más antiguas, incluso aquellas que creía olvidadas o sin importancia.


Ejemplo práctico: la repetición de un abandono

Imaginemos el caso de una mujer que, después de muchos años de matrimonio, recibe de su esposo la noticia de que quiere divorciarse. Aunque sabía que la relación estaba deteriorada —sin intimidad y con infidelidades—, lo vivió como una catástrofe que rompió su mundo en pedazos.

¿Por qué la reacción fue tan desproporcionada?

Al indagar en su historia, descubrimos que cuando era niña, su padre había abandonado a su madre. Nunca se habló de ello ni se le explicó lo que ocurría. Esa herida quedó atrapada en silencio, cristalizada como un dolor bloqueado.

Décadas después, al enfrentar el divorcio, lo que revive no es solo la pérdida actual de su pareja, sino el eco del abandono infantil que nunca pudo elaborar. El conflicto presente reactiva el pasado no resuelto.

La importancia de reconocer el ciclo

El ciclo biológico memorizado nos muestra que lo que vivimos hoy no siempre pertenece únicamente al presente. A menudo es una repetición de un evento pasado que quedó grabado en nuestra memoria celular y que busca una salida, una resolución distinta.

Al tomar conciencia de estos ciclos, podemos dejar de ser prisioneros de un dolor inconsciente y abrirnos a nuevas respuestas. En lugar de repetir, tenemos la posibilidad de transformar.

Autores recomendados

Si deseas profundizar en este tema, te sugiero explorar:

  • Marc Fréchet, quien desarrolló el concepto del ciclo biológico memorizado.
  • Anne Ancelin Schützenberger, pionera del enfoque transgeneracional y autora de ¡Ay, mis ancestros!, donde explica cómo los dramas familiares no resueltos se transmiten de generación en generación.
  • Bert Hellinger, creador de las constelaciones familiares, que aporta una visión complementaria sobre cómo los vínculos y los duelos no reconocidos impactan en el presente.

Preguntas para comenzar la reflexión

Muchas veces, lo que vivimos en el presente es un espejo de lo que quedó sin resolver en el pasado. Te invito a hacer una pausa y preguntarte:

  • ¿Qué evento importante o doloroso estoy viviendo en este momento?
  • ¿Qué edad tenía la última vez que sentí algo parecido? ¿Qué me pasó entonces?
  • Si divido mi edad actual por dos, ¿qué estaba viviendo en ese período de mi vida? ¿Hubo un duelo, una pérdida, un cambio radical?
  • ¿Encuentro un hilo conductor entre lo que ocurrió entonces y lo que estoy viviendo ahora?
  • ¿Qué puedo hacer hoy para darle una salida distinta a este ciclo, para no repetir el mismo desenlace?

Recordar que la memoria celular guarda todo no significa estar condenados a revivirlo. Al contrario: reconocer el ciclo es el primer paso para liberarlo y abrirnos a nuevas formas de vivir.

INFERTILIDAD DESDE LA HISTORIA FAMILIAR